Ok, mi reino no es exactamente "grande". Es un dos ambientes, un montón de libros y el disco rígido de mi computadora. Pero es algo, ¿no? Hay belleza en las cosas simples, ¿no?
Porque lo daría todo por no volver a ver ninguna leyenda como la que vi en la pantalla del cine cuando terminó Transformers 2:
- Una remake de Fama.
- Una remake de Flootloose.
- Una remake de Pesadilla/Freddy Kruegger.
- Una serie de televisión basada en 10 cosas que odio de tí.
- Una serie/remake de V.
- Una serie/remake de Melrose Place, para sumarse a la que ya hay de Beverly Hills 90210
Los resultados seguro serán muy diferentes, pero en común habrá una cosa: NO HAY UNA PUTA IDEA ORIGINAL.
¿Transformers 2? Pongámoslo así: me enseñó que cualquiera tiene un conocimiento bibliográfico de las cadenas montañosas de Jordania, y que para trabajar en un taller mecánico no hay uniforme más cómodo que un short, una remera escotada y mucho, pero mucho maquillaje.
Diría que la película sufre de algo que yo llamo "síndrome de comedia Pol-ka". Es decir: cuando la improvisación a la hora de grabar se transforma en decir cosas raras y extrañas, destruyendo en el proceso la cadencia, ritmo, estructura y lógica del diálogo guionado, y por lo tanto, de la escena general. El resultado es que la gente dice cosas y luego llega de manera súbita y sin sentido a las conclusiones que son necesarias para que la trama avance. Si me estaba fijando eso se imaginarán lo buena que está la peli.
Dónde la vi: Hoyts Abasto.
Cuándo: sábado a la noche.
Con: Cutti (juro que antes de conocerlo yo re iba a la Lugones)
Gente: hormonas adolescentes.
Comida/bebida: menos mal que no. La cámara se mueve tanto que me hubiera mareado.
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